18 jun 2007

ROADSTER CLUBS - Club 59 “Con la moto en el altar"

Club 59 “Con la moto en el altar” Por Deme Gómez Fotografías Club 59 Todo empezó en el Londres de finales de los cincuenta. Concretamente en la misión Eton de Hackney Wick, en el año 1959. Allí el reverendo John Oakes había creado un club de la juventud. Dentro del ámbito eclesiástico londinense era bien conocida la incontestable aficionado que uno de sus párrocos tenía por las motos, era el padre William Shergold (Bill). Al reverendo John se le ocurrió la brillante idea de invitar a su colega Bill a dirigir la misión de los jóvenes descarriados. Cuando vio el personal que corría por la misión, Bill llego a la conclusión de que debía crear un servicio eclesiástico para aquellos motoristas. En 1962 se armo de valor y visito el Ace Café con el propósito de repartir folletos de la misión. Con la intención de encaminar a los insurrectos rockers, el atrevido reverendo prepara una misa semanal exclusiva para ellos.
EL ACE CAFE Para entender mejor la existencia del Club 59, es preciso darse un paseo por la historia del Ace Café. El famoso Ace Café, abrió sus puertas como bar de carretera en el año 1938, para ofrecer comidas a los camioneros que circulaban por la North Circular Road, una de las arterias principales que comunicaba la capital con el resto de Gran Bretaña. Abierto las 24 horas, pronto fue descubierto por los motoristas de la época, escogiéndolo como lugar de encuentro donde tomar una taza de te, comer o simplemente trastear su moto. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Ace Café fue reconstruido, abriendo de nuevo sus puertas en 1949. A partir de entonces aumenta notablemente el tráfico de mercancías por carretera. La industria inglesa de la motocicleta esta en pleno auge, al igual que el rock n’roll. Y como no era posible escucharlo en la radio, los jóvenes acudían a las juke box de los bares de carretera. Esta joven generación de posguerra, cansada de los viejos valores se enfrenta a los cambios sociales en busca de una identidad propia. Evitados por la sociedad burguesa, los Ton-Up-Boys atraen cada vez más gente joven a sus filas. Unas vidas salvajes y llenas de delirio por la música y la velocidad. LA FUERZA DEL REVERENDO BILL La facilidad con que Bill convenció a los Ton-up-boys para que se acercaran a su iglesia, quedó fuera de toda duda. Fue tan buena la respuesta de los jóvenes rebeldes, que incluso muchas de sus café racer fueron llevadas hasta el altar para ser bendecidas. Los progresos del padre Bill con los ton-up tuvieron tal impacto, que incluso los periodistas hicieron eco del asunto. Una sección de motos fue agregada al Club de la juventud, haciéndose tan popular, que la asistencia iba en aumento semana a semana. Así es como nació el Club 59. El Padre Bill fue trasladado a Paddington, al noroeste de Londres, y el Club 59 se movió con él. En esta nueva ubicación, el Club disponía de más metros cuadrados, pero incluso así, estaba lleno a reventar cada noche. Era necesario todo un equipo de voluntarios para hacer funcionar el Club. Quien llevaba la voz cantante, era el padre Graham Hullett, una nueva incorporación. De nuevo el Club cambia de ubicación, Dover fue el lugar donde se reabriría otra sede. Aquí se le llamaría Club 69. Pero el autentico Club 59 continua bajo la tutela del padre Graham. LAS CEREMONIAS DEL REVERENDO BILL Muchos motoristas del Club 59, disfrutaron del privilegio de que el padre Bill, celebrase la ceremonia de sus matrimonios. Y otros pudieron recibir el agua del bautismo en su iglesia sita en el este de Londres. Aquello si que debían ser autenticas bodas de motoristas, con un sacerdote así... Indudablemente, por su naturaleza de genuino caballero, ha sido siempre muy solicitado para estos acontecimientos, además de ser una persona muy querida por todos los que le conocían. Debido a la insuficiencia financiera del club, Mick se retira. Esto coincidió con el fin del contrato de alquiler del local, provocando un nuevo traslado del Club 59 hasta Plaistow, en este de Londres. El padre Bill y Mick Cook, involucran a un nuevo vicario del motociclismo, el padre Scott Anderson. Que formaría parte del equipo de gerencia. Pero la mano de obra disminuye, ya solo quedan los voluntarios duros y perseverantes, para mantener vivo el Club. EL CLUB 59 HOY Las suscripciones del Club 59 siempre han estado abiertas a cualquier persona que tenga interés por las motos. El Club 59 esta afiliado al BMF (Federación Británica de motociclismo) y MAG (Grupo de Acción de la Motocicleta), asociaciones que se incluyen en el carné de socio. Las instalaciones del club-room principal son absolutamente grandes, permitiendo a los socios organizar bailes y alga que otra actividad. Como no podía ser de otra forma, existe una estupenda barra de bar donde se pueden escuchar interesantes conversaciones de motos y música, principalmente. En esta misma zona, también hay un espacio para ping pong, futbolín y la famosa juke box. En otro cuarto aparte se encuentra el snooker y una televisión con video además de una estupenda colección de comics para leer cuidadosamente. Los socios también disponen de parking para sus motos, pero que nadie descuide el candado, nunca se sabe. Dentro de las actividades que el club organiza, destacan el Classic Dance de octubre y el Tinsel & Turkey Party después de Navidad. Además, la lista de eventos del club incluye show’s, rallis, etc., siendo expuestos en la página Web para que todo el mundo este al día. En la mayoría de los shows, el club 59 ofrece un desayuno gratuito para todos sus socios e invitados. Las atenciones de los anfitriones del club 59, harán las delicias de los posibles nuevos miembros. El Club no suele recibir donativos, básicamente se mantiene con los honorarios de las cuotas y suscripciones de sus socios, además de los ingresos que genera la barra del bar. Los pocos líderes del Club son voluntarios y deben trabajar duramente para que la cosa funcione, como en cualquier moto club. Quizás sea el Club motorista más legendario y carismático que exista y su historia esta totalmente ligada al Ace Café. En la actualidad existen varias sucursales del Club 59. Algunas de ellas, aunque no utilizan el mismo nombre, si que comulgan con su filosofía.

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